Mundial, cosecha denominación de origen Porcinos FC

Uno, que es de Murcia, está ciertamente familiarizado con la huerta y los términos que en ella se emplean. No es que en esta región te lo enseñen en el colegio, pero casi todos los murcianos tenemos un tío con tierras de cultivo o un abuelo que mercadeaba con melocotones, limones y otros tantos manjares que arroja la huerta de Europa.

Y preguntaréis ¿Qué tendrá que ver el Mundial de Ibai con las plantaciones de tu región?, la respuesta es corta y sencilla, el barbecho. Dícese de barbecho la técnica de agricultura en la que la tierra se deja sin sembrar durante un tiempo, pueden ser uno o varios ciclos. Ahora sí empieza a encajar todo, ¿verdad?

El equipo de Ibai ha necesitado un tiempo para reconfigurarse. Era necesario, porque vivir en ese nivel de expectativas desgasta hasta volúmenes insospechados. Todas las partes lo sabían y todas estuvieron de acuerdo en que el ciclo liderado por Juvenal Edjogo debía darse por concluido para poder abrir las ventanas y que los vientos del cambio llegaran a Porcinos.

Igual que la tierra en barbecho pasa un periodo sin plantarse para que se enriquezca y la siguiente siembra sea mucho más próspera. El tercer split de Porcinos pareció ser ese impás en el que el equipo pensó que el Mundial era el objetivo real al que se debía aspirar.

Y la tierra de mayo y junio fue fértil. Y el equipo, ahora liderado por Nacho Castro, echó raíces. Y el juego volvió a brotar como las flores de los melocotoneros de la Vega del Segura en primavera.

Muchos pensarían que el talento estaba ahí, que a los Guti, Pablo Hernández, Nadir, Marc Briones, Jacobo, Óscar Coll, etc, no se les podía haber olvidado jugar a esto. Pero, quizás, sin esos tres meses de barbecho, el escandaloso mundial de Porcinos no hubiera sucedido.

Y bueno, posiblemente toda esta extraña metáfora solo esté en mi cabeza. Pero si hay una realidad verdaderamente inalterable, es que las naranjas del Mediterráneo siempre sacarán mejor zumo que las de Brasil.

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