El Cupra ya late al son de las aficiones

El sentimiento de pertenencia, ese intangible que le ha dado sentido al deporte y a las comunidades que lo rodean desde que se puso en pie y empezó a andar.

Si de algo andaba huérfana la Kings League es de crear esos lazos de unión incorruptible entre los clubes y sus fans. Porque no nos hagamos trampas, hasta ahora los seguidores de los equipos lo eran por sus presidentes: «Soy de Porcinos por Ibai» o «Quiero que gane Rayo de Barcelona porque Spursito me cae bien». Son frases tan recurrentes como reales.

Pero era cuestión de tiempo. El tiempo que ha pasado hasta que los jugadores han puesto en relevancia la lealtad hacia un escudo, o los meses que han transcurrido hasta que se han cocinado a fuego lento las rivalidades entre equipos que ya asoman por el horizonte.

El equipo de Kosmos se ha percatado de esto y, en esta tercera jornada de Kings League, las gradas se tiñeron con los Pantones «Verde Troncos», «Azul Barrio» o «Rosa Porcinos». La BSO estuvo compuesto por ritmos de viento y percusión: vuvuzelas y palitos inflables, repartidos a los aficionados antes de cada partido.

Nuestro compañero Borja, que presenció la jornada en vivo, nos narra el ambiente que vivió en directo, asegurando no tenía nada que ver con el que llega en stream: «Ha sido ensordecedor el sonido de los bombos y vuvuzelas que, unido a los cánticos improvisados de las aficiones, recordaba el ambiente futbolístico al que todos estamos acostumbrados».

En las primeras 48 horas en las que se habilitó el formulario para asistir como público en Queens y Kings League, llegaron 5.000 solicitudes. Una cifra inabarcable para un Cupra Arena cuya capacidad actualmente es muy limitada. La organización de la competición ya está manos a la obra para duplicar la capacidad y pasar de los 160 espectadores actuales hasta los 320, no hay fecha concreta pero fuentes oficiales confirman que esperan que los permisos no se dilaten mucho.

2024 trajo un césped disruptivo y renovado, más pantallas en los fondos de las porterías y un túnel de vestuarios inmersivo. Pero, dos semanas más tarde, el espectáculo ya no solo ocurre en el terreno de juego y en las cabinas de retransmisión de los Presidentes. El show también está en la grada y nosotros lo aplaudimos porque, ¿qué sentido tendría todo este circo sin la afición?

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